La partida de la fragancia es fresca y floral, con un tono central casi monofloral que es fácil de reconocer y de asociar a este perfume, acompañado de notas cercanas a la bergamota e incluso al aldehídico. La misma sensación de la partida se mantiene en fase media con pocas modificaciones, donde el floral que aparece descrito como un jazmín da una tonalidad fresca y algo jabonosa lejos del jazmín clásico de perfumería tradicional, con bastante presencia de alimonados de compañía en la línea de las colonias frescas de bebé al nerolí e incluso todavía con presencia de aldehídicos que se funden con el jabonoso de la flor y con el nerolí para dar una sensación general limpia, aunque el aroma tiende a ser algo constante y lineal con el paso del tiempo. Tiende a destacar el aldehídico en conjunto con el nerolí dando la idea de una flor especial sin época y de aroma bastante particular perceptible desde el comienzo, con aumento de tonos licorosos de procedencia incierta como fruta madura más tibia, reapareciendo el floral en olidas sucesivas por saturación dando ahora un tono menos jabonoso y más sensual por el lado clásico. La fase final se caracteriza por una nota de musk dulce, tibia y concentrada, más notoria que en otras fragancias y con buena proyección, acompañada de tonos florales que le dan una característica más fresca primaveral y menos invernal al aroma. Curiosamente en papel el musk no se proyecta mucho quedándose en tonos más atalcados y alimonados, pero en piel proyecta una faceta sensual notoria, que destaca la idea de calor de la piel y potenciando la imagen del cuerpo de una mujer por medio del aroma.
